Resaltan maestros la educación como base del desarrollo
José Alberto Cienfuegos, Alberto Alcaraz e Iván Vargas
Figura formativa a través de sus enseñanzas y base primordial de la educación de niños y jóvenes, el maestro es parte esencial del proceso de desarrollo de las sociedades.
Desde la educación preescolar hasta las aulas en las universidades, la labor de los docentes sirve de guía y dirección sobre el aprendizaje del alumno y les otorga las bases para su vida profesional.
En México, el trabajo de las maestras y maestros es reconocido cada 15 de Mayo desde 1918, cuando por decreto del entonces presidente Venustiano Carranza se instituyó esta fecha para celebrarlos.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en nuestro país hay 2 millones 160 mil 440 docentes en 260 mil 262 escuelas.
Según las estadísticas, 1 millón 223 mil 387 son maestros de educación básica, 433 mil 494 son de enseñanza media superior y 503 mil 559 dan clases en las universidades y tecnológicos.
La formación del docente es esencial para adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para desarrollar de manera eficaz su labor en el aula y ante la comunidad escolar. Por lo tanto, su actualización y adaptación a las nuevas tecnologías y procesos de aprendizaje y enseñanza son una constante en su labor a través de cursos y seminarios.
Para el profesor Pablo Camberos, con más de 15 años de experiencia en la enseñanza en nivel Bachillerato y Licenciatura, lo que más disfruta de su trabajo es la oportunidad que tiene de prepararse todos los días junto a los alumnos.
“El avance tecnológico ha permitido que cada vez vaya conociendo nuevas aplicaciones de impartición de clases. Eso lo disfruto mucho, el aprendizaje constante y la convivencia con los alumnos”, aseguró.
El maestro del Centro Universitario en Periodismo y Publicidad, destacó que el valor de la labor de los maestros radica en la huella educativa que dejan en sus alumnos,
“La educación es la base del desarrollo de un país, esto significa tener más posibilidades a nivel profesional, cultural, etcétera. Sin educación un país está condenado”, dijo.
Aunque el docente puede ser visto como un “villano” por el alumno, advirtió Camberos, al final reconocen el valor de su labor.
“Creo que en su momento hay mucha rispidez entre alumnos y maestros porque andamos muy pegados detrás de ellos, pero tengo la satisfacción de que cuando vienen exalumnos me recuerdan con mucho agrado”, señaló.
Por su parte, Arturo Valdéz, docente en el Claustro de Sor Juana, aseguró que pese a que los salarios no son suficientes, lo importante para él es que los alumnos aprendan y mejoren su educación.
“Es poco (el salario) para la carga de trabajo para uno. No solamente es dar clase, es hacer que el estudiante realmente mejore y comprenda los fundamentos teóricos y técnicos. Esto no es fácil”, aseguró el maestro de música.
Valdéz señaló que el mejor regalo para un profesor es ganarse la atención de los alumnos.
“Suena muy adornado, pero uno se conforma con que el alumno se enfoque y reconozca nuestro esfuerzo ayudándonos a ayudarles. Yo creo que eso es lo mejor”, finalizó.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el 98.7 por ciento de los maestros en México son empleados remunerados por alguna institución pública, privada o gubernamental.
El profesor Pablo Camberos imparte clases en nivel Bachillerato y Licenciatura en el CUPP. Actualmente en educación superior en México hay 503 mil 559 maestros y maestras.
Fotos: José Alberto Cienfuegos y Alberto Alcaraz
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